Siempre se ha dicho que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta. Sin embargo, este principio de geometría, ampliamente aplicado al trazado de las canalizaciones eléctricas interiores empotradas o bajo atezados, debe ser eliminado de la práctica habitual de los instaladores eléctricos. El principio geométrico es aplicado "a rajatabla", y ello aunque haya que abrir una roza inclinada en un tabique, atravesar en diagonal un atezado o un falso techo.
En la Guía de Aplicación GUIA-BT-21 del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, en su apartado 2.1 se indica textualmente: "El trazado de las canalizaciones se hará siguiendo líneas verticales y horizontales o paralelas a las aristas de las paredes que limitan el local donde se efectúa la instalación". Asimismo, el punto 2.3 de la citada GUIA-BT-21 indica: "En el caso de utilizarse tubos empotrados en paredes, es conveniente disponer los recorridos horizontales a 50 centímetros como máximo, de suelo o techos y los verticales a una distancia de los ángulos de esquinas no superior a 20 cm".
Es decir, ante la pregunta ¿desde cuando es esto obligatorio?, yo lo llevo haciendo toda la vida de la otra forma (como los alfiles en ajedrez, puras diagonales). Pues desde el año 2002, fecha en que se publicó el nuevo RBT.
Por otro lado, el Decreto 161/2006, de 8 de noviembre, por el que se regulan la autorización, conexión y mantenimiento de las instalaciones eléctricas en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias (B.O.C. 224, de 17.11.2006; c.e. B.O.C. 18, de 24.1.2007), en el Anexo IX apartado 3.9 se vuelve a citar: "En el caso de utilizarse tubos empotrados en paredes, es conveniente disponer los recorridos horizontales a 50 cm como máximo, de suelos o techos y los verticales a una distancia de los ángulos de esquinas no superior a 20 cm".